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Este clima es un arma de destrucción masiva. Ya sé que es el tiempo, no el clima, pero si digo "el tiempo es un arma de destrucción masiva" me pongo metafísica. Hablo del calor, de este calor inhumano que nos asedia desde hace demasiados días, apocalíptico, deshumanizante, extenuante. Las imágenes que escucho son elocuentes: Chernobil (Rubén), encierro carcelario (mi madre); yo dije "bunker" y me acordé de la nieve alienígena de El Eternauta que si toca tu piel, te mata; así siento los rayos del sol. Estamos batiendo todos los récords, cosa que no me interesa en lo más mínimo: no necesito contarles a mis descendientes "yo sobreviví a la ola de calor de marzo de 2023", puedo morir tranquila después de una vida chata, monocorde, monótona, sin haberme enfrentado a cataclismo alguno; así que, dioses de los meteoros, escuchen mi ruego, demuestren piedad y clemencia, y arreglen el termostato que se les fue al carajo. Y esto es todo lo que puedo escribir hoy: una plegaria, una oración religiosa, un ruego agnóstico: por favor, que esto termine pronto.

11.03.23