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Marina Pérez Muraro

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Domingo a la noche, oficialmente el día ya terminó hace pocos minutos. Ya cenamos, ya me duché y me puse el piyama, podría irme a dormir pero agarré la libreta porque tengo ganas de escribir. Estoy usando algo que nunca use, un marcador de punta fina color marrón (filgo liner 038 extrafino 0.4 mm dice). Lo agarro medio alto y la mano no apoya en la libreta que está apoyada directamente sobre mis piernas flexionadas; estoy sobre mi cama, sentada de una forma rara que espero que no me haga doler el cuello. Rubén trajina en la cocina, dice que va a hacer arroz con leche; lo viene prometiendo hace semanas y como recién apareció en la tele un cura franciscano cocinero haciendo arroz con leche, recibió una inspiración divina y se puso manos a la obra. Manuel acaba de ir por fin a bañarse. O sea que la actividad sigue y seguirá por un par de horas más, espero poder irme a dormir antes.

Me gusta este color sobre este papel. Es cierto que no sé muy bien cómo se ve, una cosa es con la luz del velador, habrá que ver con luz del sol. Rubén dejó el arroz con leche sobre la hornalla y se instaló a mi lado a mirar la tele (todavía no la encendió) por más que el fraile dijo que hay que estar una hora y media revolviendo el arroz para que se cocine lentamente y no se pegue. Rubén supone que puede dejarlo al fuego e ir a revolverlo cada tanto sin que se pegue. Veremos o, probablemente, oleremos primero.

Me gustaría que me salga mejor letra. Vamos a intentarlo. Es posible, a pesar de la posición, si me esfuerzo y voy más despacio. Me gusta cómo se desliza este marcador sobre el papel. Es muy liviano, supongo que la sensación de liviandad está provocada porque con un mínimo que apoye la punta ya sale un trazo bien visible. No necesito hacer fuerza, la tinta fluye. (Rubén en vez de mirar la tele está mirando cosas en su celular, cada tanto salen al aire unos segundos de sonido y pasa a otra cosa.)

Hoy al mediodía almorcé con mis padres y mi hermana y antes de cenar hice yoga, por eso no escribí antes. El fin de semana pasado lo usé en pasar en limpio lo escrito en el anterior. Lleva tiempo pasar en limpio lo que va en el blog, por eso en vez de escribir cada fin de semana, escribo cada dos. Igual se van juntando palabras. Esta libreta ya está usada en sus tres cuartas partes, más o menos. No me encariñé tanto con ella como con las dos anteriores, no sé por qué (Rubén se levantó a revolver el arroz), si por la falta de novedad, el hábito (que hizo al monje, je) o algo en sí de la libreta y nuestra relación. Creo que influye que tenga tapas duras y lomo grueso, hay algo físico que la hace menos cómoda en mis manos. El papel está bueno, es suave, va bien, pero no es espectacular como los anteriores. Tengo la impresión de que esta libreta es más pequeña que las anteriores pero también tengo el recuerdo de que es una impresión errónea, que medí las tres primeras y eran muy parecidas en tamaño, por eso supongo que me parece más pequeña porque su lomo es más grueso (es decir, que es la relación entre el tamaño de las hojas y el grosor del lomo lo que me hace sentir más pequeñas a las hojas). Hoy me imaginé describiendo a la libreta, tratando de hacer ver su tamaño, y me parece inútil decir cuánto mide (¿habrá gente que lee que una libreta mide, por ejemplo, 15 cm, y se hace una idea mental apropiada con ese dato? Yo, cuando leo medidas, pocas veces me imagino al toque lo que significan; tengo que relacionarlo con algo familiar que sepa cuánto mide. No creo que todo el mundo sea como yo; por ejemplo mi padre es muy hábil con las medidas de todo tipo. Yéndome muuuy por las ramas, calculo bien los volúmenes pero a ojo --cuando guardo los restos de comida en un tupper, me encanta ver que calculé justo en cuál entran las sobras-- pero siempre fui un desastre calculando las edades de las personas. Y orientándome urbanamente, también).

¡Cómo me fui por las ramas! ¡Ni que fuera Tarzán! ¿En qué estaba? ¿Dónde estoy? ¿A dónde voy? (Rubén se levanta por segunda vez a revolver the rice).

Rice with milk, I want to be marry, ¿sera así la traducción? with a young woman of Saint Nicholas.... Acabo de caer en la cuenta de que la canción la cantábamos mujeres (niñas) en ronda, ¿y nos queríamos casar con una señorita? ¿alguna vez la habrán cantado niños? ¡Qué ejemplo de no binariedad, deconstrucción, etcétera etcétera!! ¿O lesbianismo puro y duro? Le pregunté a Rubén y dice que no sería be marry sino get married, I want to get married.

Lo que quería decir del tamaño de la libreta es que es más ancha que mi mano pero un poco menos larga (sobresale una falange de mi dedo mayor). Igual, puedo agarrarla completa con una sola mano y apretarla a lo ancho con mis dedos. ¿Por qué que no me encariñé tanto con esta pobre libreta que me brindó sus hojas con la misma buena predisposición que las anteriores? Empiezo a sentirme ingrata. ¿Tal vez porque tiene más páginas y la abundancia hace que escriba más gansadas? No es culpa suya, pobre, si la lleno de intrascendencias. Sé que hay escritores fetichistas que necesitan el mismo tipo de papel o instrumento de escritura para escribir, pero si nada de lo que escribo acá vale la pena la responsabilidad es mía, no de la libreta. Igual, ahora algo cambió porque dejé de intentar escribir con buena letra y me está saliendo una letra muy despatarrada que me causa mucha gracia. Parecen unas arañas caminando sobre el papel, unos garabatos que probablemente mañana ya no pueda descifrar. Y eso produce un efecto interesante, me pasó algo en la vista como cuando desenfoco y miró más allá, ¿esto le pasa a los demás? ¿Cómo lo explico? ¿Vieron esos libros con imágenes tridimensionales escondidas que aparecen cuando uno mira de una forma que no es la habitual, como si miráramos en otro plano, desenfocadamente? Esa forma de mirar, a mí, no sé por qué, me pasaba naturalmente cuando era chica, de la nada de golpe miraba así, y era cuando me quedaba absorta en otro plano de la realidad (¿estaba en Babia, en Úbeda, en la luna de Valencia?). Hoy cuando terminé yoga, en los minutos de relajación finales, reapareció esa mirada y me acordé de mi infancia. Recién, escribiendo despatarradamente, también, porque dejé de prestar atención visual a lo que escribo, no me importa cómo se ve, entonces los ojos se fueron a otro lado, dejaron de participar de la misma manera. Un poco se parece a aquella vez de la escritura porque sí, aquella vez escribí sin mirar. Ahora me hace gracia ver aparecer tantos garabatos indescifrables. Algo influye el marcador, también, para que puedan aparecer con tanta felicidad. Dan ganas de escribir lo que sea, para que siga fluyendo el chorro de dibujitos. Ahora agarro el marcador de más arriba todavía y la letra sale más grande y más firuletosa. Me siento como si estuviera agarrando un pincel, como agarran los pinceles los calígrafos chinos o japoneses, ¿no? Salen dibujitos y si quisiera escribir caracteres chinos ¿sería así? No, porque escriben verticalmente.

Si fuera otra cosa si fuera grande si fuera marmota si no fuera santiagueño ahora sí nos fuimos al garabato puro y no tiene sentido nada de nada, esto es un llenar un garabatear esto no puede ir al blog es lo más pesado que hay, ¿quién va a leer esto? NO NO NO NO, como la No no song de Ringo, basta requetebasta y el que no basta va a parar a la canasta, esto no puede ser, no eche a perder lo que a gatas araña, esto no se lo banca nadie, bancalari burzaco y avellaneda, esta rumba aquí se queda, que todo el mundo dé un resbalón. Vaaamos, vaamos a resbalar mi negra, vaaaamos a bailar resbalón!!!

Podría hacer dibujitos directamente, ¿para que garabatear? ¿Para que llenar con trazos esta humilde libreta que me brindó sus hojas desinteresadamente y yo me aprovecho de su bondad y mancillo sus tiernas hojas con estos garabatos deformes, insulsos, ilegibles, insoportables, estúpidos y absurdos????? ¿¿¿¿????

[Dos páginas de garabatos y firuletes.]

La disolución del lenguaje. Era esto, al final, trazos en un papel, líneas ondulantes, curvas, subiendo y bajando, remedos de sentido, vacío absoluto, ausencia de significado, puro gesto, pura fuerza motriz, mano sobre papel y en el medio, oficiando de médium, un marcador marrón, medio sepia parece con esta luz, un elemento largo y fino como un palito, como una varita mágica, como una antena que une mi mano y el papel aunque no se toquen directamente, esta varita mágica une mano y papel y fabrica garabatos, trazos, arañas, marcas, rastros de su paso que no dicen nada, solo eso: por acá pasó mi mano pero no me tocó (dice la libreta) pasó Marina y no me tocó pero así quedé después, llena de estas marcas gracias a su varita mágica. Testimonio de mi paso por su espacio aéreo, esos son mis garabatos. Testimonio de que se puede escribir sin pensar, ¿es así? ¿puedo decir que escribí sin pensar? ¿Es tán rápido el pensamiento? Si, es más rápido que mi mano. Entonces no escribí sin pensar, el pensamiento siempre está.

Paradoja de mi búsqueda, oxímoron, despropósito, absurdo, contrasentido. Quiero escribir, disfruto moviendo el marcador sobre el papel y creando trazos de colores pero no quiero decir nada, no quiero pensar, no quiero discurso, narración, pero quiero escritura. Debería volver a la poesía; ojalá pudiera. Hoy pensé que el problema no son las palabras sino los relatos (ya lo dije hace años, lo que mata es el relato ) y que se puede narrar sin palabras, con imágenes (se ve en cine, en los libros álbum, etcétera). Y recordé la película de Kiarostami, 24 frames, y ahí fue cuando se me desenfocó la vista, recordé mi infancia y pensé: es por acá. Es por acá, señoras y señores, pasen y vean. Pasen y no vean, no vean y pasen a otro estado de percepción.

Zácate, chúmbate, quiero sonido y lenguaje pero no narración, no relato, no adjetivos, por eso imaginé describir esta libreta, describir algo, cualquier cosa, mirarla hasta pulverizarme los ojos, no mirar, oler, saborear. Dice Rubén que ya está el arroz con leche pero lo comeremos mañana, frío.

Mejor dejó acá. Le quedan muy pocas hojas libres a la libreta (los garabatos ocupa más espacio que la letra "normal"). Vamos a intentar terminarla con algo más coherente, ¿no? Intentaremos. Dejó acá, también, por la hora.

Chin pun.

Chau pichu.

Sanseacabó!

6.6.21



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