Final de la tercera libreta, supongo, le quedan solo 5 páginas libres. Escribo con el lápiz Pizzini de cuerpo triangular para probar mejor cómo se siente porque esta vez la libreta está apoyada sobre una base más grande que ella (un tomo de la Historia universal del arte de Editorial Rombo) con un libro de Borges equilibrando su lomo para que ambos lados queden a la misma altura (esta vez le tocó a El Aleph, también de Emecé de 1984 pero forrado con plástico transparente, o sea que se ve el bonito color verde de la tapa). De momento, la mina del lápiz me cae muy bien, me gusta cómo escribe, pero no me adapto a su cuerpo triangular, lo giro a cada rato como si eso cambiara algo… bueno, justo ahora parece que encontré la mejor posición. Da la impresión de que su cuerpo triangular afecta la forma de la mina, porque ahora lo tuve que girar para que la mina se deslice mejor sobre el papel. Justo estaba pensando ¿para qué hacerle esta forma a un lápiz? Creo que Pizzini es una marca de instrumentos de dibujo (me suena a arquitectos), esta forma será para algo, no solo por estética. Y me da la impresión de que al apoyarse sobre un lado plano hace que la mina se gaste en planos también, que su punta quede facetada, no tubular. Esto debe de servir para que un mismo lápiz escriba con dos grosores diferentes aun con la misma forma (si uno no se la pasa girándolo como hice yo al comienzo). ¿Sera así o desvarío? ¿A ver si puedo comprobarlo?
Hice varios trazos pero los veo todos iguales. En fin, si su triangularidad tiene algún propósito, me faltan las instrucciones para descubrirlo. Mientras, lo uso y cuando veo que el trazo se engrosa, lo giro, y chau pichu.
El día está muy lindo así que no sé cuánto voy a durar escribiendo porque en cuanto Rubén esté listo, salimos a caminar. Falta poquísimo para el comienzo del invierno, hubo días fríos, otros húmedos y desde ayer se puso hermoso, soleado, seco, templado, primaveral. Regalo de la naturaleza.
Lo que me tiene radiante de felicidad es que ayer terminé el último laburo extra de una serie ininterrumpida que empezó en diciembre (¡medio año!) por la cual venía laburando también los sábados; ahora tengo la esperanza de tener los sábados libres, al menos por algunas semanas. Si lo pienso bien, todavía hay cositas pendientes (así que mejor no lo pienso) pero espero no necesitar los sábados para resolverlas. La verdad es que ¡es una alegría inmensa! Estoy exultante.
¿Qué más? Estoy a medias ahora, pensando que en cualquier momento dejo esto, así no vale. Además, tengo hambre. ¡Ay, qué indecisión! Si dejo ahora para volver en un mejor momento, capaz que se encadenan los acontecimientos y hoy ya no vuelvo, cosa que no me gustaría. Anoche tenía muchísimas ganas de escribir pero terminé de laburar demasiado tarde. Hoy privilegié otras cosas (tomar sol en el balcón, acomodar mi armario) por eso no empecé antes. Y todavía me queda hacer yoga (y salir a caminar), otra cosa imprescindible en fin de semana. Por eso va estar bueno no laburar los sábados, para que no se acumulen tantas necesidades los domingos. Y para socializar más, extraño a mis amigas (para el fin de semana que viene ya quedé con dos de ellas).
Ya le queda poquito a la libreta, terminémosla en esta sentada de escritura, porque volver en otro momento y que quede libre una hojita no tiene sentido. Tengo ganas de terminarla y eso me da una sensación de ingratitud hacia esta noble libreta, pero me parece que lo que tengo ganas no es tanto de terminar esta sino de empezar una nueva, tengo ganas de paladear la novedad del cambio. Todavía no decidí con cuál sigo de las tres que ya tengo compradas (aunque una de ellas tiene más porotos para ser la elegida). Lo que sí decidí hace tiempo es que después de estas tres que ya compré voy a intentar fabricarme mis propias libretas. Entre los videos de You Tube que vi y las libretas artesanales que compré, creo que puedo intentar un método relativamente fácil para fabricarlas. Veremos, porque con las manualidades me pasa que cuando veo a otro hacerlas me parecen muy fáciles, pero cuando me pongo yo todo se complica y pierdo la paciencia, no soy hábil con las manos (y menos, paciente). Me encantaría lograr algo que me sirva, aunque no salga bien a la primera.
Bueno, llegué al final nomás, ya estoy por dar vuelta la última página. Ya estoy en la última carilla libre (sin contar la hoja pegada a la cartulina verde de la retiración de tapa). Acá había hecho una prueba de escritura con lápiz y tinta cuando la compré, nos volvemos a encontrar varios meses después. Esta libreta la inauguré en mis mini vacaciones, o sea que me acompañó en estos meses de laburo extra. ¡Gracias por tu compañía y apoyo! (ya estoy en la carilla extra). Vamos redondeando la despedida porque ya se acaba. Gracias por 5 meses de amistad, por brindarme tus hojas, por soportar mis garabatos, por no ponerte celosa porque no me enamoré de vos como de tus hermanas, por no apesadumbrarte porque tengo ganas de pasar a la siguiente. Gracias y chau! Ya no queda más espacio para escribirte.
13.06.2021 Día del escritor.
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