Hice mis primeras encuadernaciones coptas (o egipcias), la de la libreta 4, la que se abre 180°, la que me enseñó sublime.collage (aunque ella me dijo que se llamaba japonesa). Estoy muy contenta. Primero hice un cuaderno para regalarle a Silvia y después hice una libreta para mí (otra más para esperar en la gatera), ambos con el mismo papel en las tapas, quedaron como el hermano mayor y la hermanita menor. Para ser mis dos primeros intentos quedaron muy bien (¡ja! no tengo abuelita).
Estoy contenta por esto y porque por fin refrescó, hoy hizo el clima que me gusta a mí, hasta pude estar al sol al mediodía en el jardín (¡terminé mi aislamiento!).
También leí el tomo 5 de mi Libro de lecturas y me gustó leerlo (el 4 me había abrumado un poco) pero me está costando ver cómo sacar material para el proyecto 2. Hay cosas muy lindas pero demasiado entrelazadas con lo personal como para hacerlas públicas. Estoy pensando en abandonar el proyecto 2. No pude apuntar nada de los últimos tomos que leí. Todo es importante, o nada.
Agarré la libreta para anotar mis avances como encuadernadora, pero no es un buen momento para escribir. Es de noche, estamos haciendo la cena, estoy en la cocina con Rubén. Igual, también quería contar que estoy de buen humor, que soy feliz con el clima de hoy y que hice las paces conmigo misma. No estaba peleada pero estaba distanciada. Me volví a amigar. Tengo ganas de probar la costura larga también, la de esta libreta 5.
Voy a tener que dejar. Que pena, está lindo esto. Escribo con una birome negra y me gusta cómo se ve. Escribo sobre la mesa de la cocina, algo que nunca hago (salvo la lista de las compras y cosas así). Rubén puso música de Europa Oriental, suena medio gitano o algo así. Él está con sus hilos de bordar, armando cartoncitos para enrollarlos. Le gustó más el sistema de cartoncitos que los ovillos (a mí me gustan los ovillos).
Con esta página llego a la mitad de la libreta. Ahora estoy en el medio: 3 cuadernillos para un lado, tres para el otro. Se ve abierta, entregada, equilibrada; no simétrica porque a la derecha está la solapa con hebilla. Nos hicimos buenas amigas en estos meses. Pasé de sentirla incómoda a querer que todas sean así de flexibles (pero no va a ser, tengo 1 libreta comprada y 4 hechas por mí –contando la de hoy– y ninguna de ellas es como esta). Rubén cambió la música por sonido de lluvia. Lo tranquiliza. Bueno, dejo acá así la próxima vez inauguro la segunda mitad de la libreta roja.
27.1.2022
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