81
- Marina Pérez Muraro
- 7 ago 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 nov 2022
Inauguro la libreta 6, con ciertas dificultades por que hace una semana resbalé en mi propia cocina porque el piso estaba húmedo, patiné cual bailarina de Holiday on Ice, cual dibujito animado que pisa una cáscara de banana, cual Hernández y Fernández en las historietas de Tintín, caí sobre mi lado derecho y me lastimé sobre todo el brazo, cerca del hombro. Todavía estoy dolorida y me cuestan algunos movimientos. Por esto no escribí el fin de semana pasado. A pesar de esto, le hice una carátula a la libreta 6, no quedó muy bonita pero le puedo echar la culpa a mi brazo convaleciente.
Esta libreta es la última que compré antes de decidir hacerlas yo. También es hecha a mano y la compré más o menos en la misma época que las anteriores. Tiene un sistema de encuadernación muy sencillo, por eso me gustó, porque antes de probar coser cuadernillos pensé que este sistema es tan simple que seguro podría reproducirlo. Consiste en cuatro agujeros hechos con agujereadora y un hilo grueso tipo cartón que los une entrelazadamente en el lomo. También me gustó para copiar el sistema de cierre: la tapa tiene sujeto una especie de botón con forma de pacman y la contratapa tiene un elástico con una cuenta esférica de madera, para cerrar la libreta la cuenta encaja en el pacman y cierra perfecto. Las hojas son blancas, lisas, la libreta se abre perfectamente en 180° (pero no se puede ser plegar sobre sí misma y cuesta un poco girar las hojas). Las tapas son rígidas y livianas, de cartón forradas por fuera con papel de partitura musical y en la tapa tiene pegado un dibujo a mano a tinta y coloreado (una flor que asoma, una cara femenina feliz cuyos pelos se transforman en lápices y pincel y al lado un gato negro en tinta). En la primera página hay escrita una frase de Sören Kierkegaard: "Atreverse es arriesgarse a no hacer pie un tiempo y correr peligro de ahogarse. No atreverse es ahogarse haciendo pie" y en la contratapa, con la misma letra, una firma: "Sendero...". Por estas decoraciones (el dibujo, la letra y el cierre) la libreta me parece muy femenina y estoy convencida de que la hizo una mujer, aunque recuerdo bien que se lo compré a un joven (masculino). Estoy convencida de que el vendedor no fue el fabricante (cosa muy posible, en el mismo puesto callejero podia estar vendiendo cosas de una amiga, pareja, lo que sea). Me vengo cuestionando desde el vamos este convencimiento porque me parece un prejuicio, pero no hay caso: la letra me parece de mujer, el dibujo también, etcétera, etcétera.
Es bastante gordita la libreta, recién conté las hojas: 82, y tal vez alguna se me traspapeló. De momento, ahora que recién la empiezo, cuando escribo en las páginas de la derecha (lado gordo) la letra me sale bastante bien, pero en el lado izquierdo no puedo apoyarme bien y me despatarro. Ya le encontraré la vuelta.
No sé cuánto voy a durar escribiendo hoy. No me duele el brazo al escribir pero me siento incómoda. Tampoco estoy bien de ánimo, estoy cansada, con algunas preocupaciones, y el mundo no ayuda. Hay algo de sol en el verde de mi balcón (iba a poner "mi jardín", un poco sobredimensionado) pero es un sol dubitativo, poco convencido de sí mismo, no sabe si está o no está, siempre a punto de irse. Seguimos en invierno, sigue el frío, pero algunas plantas florecen: los malvones tienen pimpollos rojos, el cedrón tiene brotecitos, en el jardín de abajo hay narcisos.
Me parece que hago trampa si pienso que me cuesta escribir por el brazo dolorido, me parece que lo que está desencajado es el animo. Tal vez el dolor de toda la semana se filtró del músculo al alma. ¿O no es por el golpe físico sino por las preocupaciones de la vida cotidiana? No sé, pero algo siento desencajado, como si el resbalón de la semana pasada me hubiera descarrilado y sigo fuera de mis rieles ¿Tal vez porque no hice yoga? No me animé por no forzar el brazo, y me moví poco, limitadamente. Tengo una sensación de compresión, de limitamiento corporal que se expande a lo mental. Hoy voy a probar hacer algo, lo que pueda. Si esta sensación es por no hacer yoga, se ve que el yoga me aporta más al espíritu de lo que había reconocido hasta ahora (y eso que reconozco que me ayuda muchísimo). Veremos.
Estoy cansada. Ayer estaba extenuada, me quedé en la cama hasta las 3 de la tarde. Deja ahora, me ganó el cansancio. Por lo menos inauguré la libreta, aunque yo no esté en buen estado. No importa. Escribo con un filgo verde de punta fina, la carátula la hice en tonos verdes, dejó acá hoy.
7.08.22
Comments