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Cinco

  • Foto del escritor: Marina Pérez Muraro
    Marina Pérez Muraro
  • 23 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 10 nov 2023

Le saqué punta al lápiz y acá estoy de nuevo, quería probar la sensación del lápiz sobre el papel (del lápiz con punta afilada, no como ayer). Hoy me levanté tarde (al mediodía) así que no estoy en el balcón, ya no da el sol y hace frío. El día está luminoso y yo estoy sentada al lado del balcón pero adentro, paralela a los ventanales. Veo el cielo celeste luminoso, radiante, más allá de mis plantas. Hay sol en las copas de los árboles del jardín del edificio y en toda la pared más allá y atrás de mi hombro derecho.

El lápiz se desliza tan fácilmente sobre este papel que parece nadar. Y hay tanto silencio que escucho el ruidito del lápiz al escribir. Creo que nunca lo había escuchado así salvo en alguna película (no me acuerdo bien, pero creo que en Paterson se escucha el ruidito de la escritura). Esta conjunción es mágica, me parece, una fórmula mágica, talismán, encantamiento. La libreta verde comprada en Madrid para mí por Adriana y Marieta tiene un papel suave, de una tonalidad levemente cremita, es muy agradable al tacto y todos los instrumentos de escritura que probé sobre ella se deslizan con fluidez. Y el lápiz negro de la Casa de Fernando Pessoa comprado por Silvia en Lisboa para mí tiene una consistencia muy especial, no sé con qué está hecho, pero es diferente. Es todo negro, absolutamente negro, por fuera y por dentro, es negro incluso el interior, esa parte que queda entre el cilindro y la punta que escribe que habitualmente en los lápices es marroncita, beige, “color lápiz”, sea del color que sea el lápiz, ¡qué difícil explicarlo! La Negra me pidió una foto de la libreta para el blog, así que haré foto de libreta y lápiz. Es todo negro pero además de la firma de Pessoa y del logo de la Casa de Pessoa en líneas blancas, tiene una frase también con letras blancas escrita a lo largo del lápiz: “A literatura é a maneira mais agradável de ignorar a vida” (deduzco que es de Pessoa). Cuando me lo regaló Silvia pensé que no lo iba a usar, que iba a quedar siempre de adorno, y quedó bajo el monitor de mi compu, apoyado a lo largo, con la frase a la vista. Lo usé un poquito para tomar algunas notas y sentí lo agradable que es al escribir. Aunque es tan blando que ya necesita que le saque punta de nuevo (y le saqué). Ayer se juntaron libreta y lápiz y ¡se llevan tan bien! Parecen hechos el uno para la otra. Quisiera usarlos siempre, escribir siempre de esta manera, ¿qué hago cuando se acabe la libreta? (todavía no llegué ni a una cuarta parte y ya me estoy anticipando). ¿Encontraré otro papel parecido en Buenos Aires? Y algo peor, ¿qué hago con el lápiz de Pessoa? A este ritmo, si lo sigo usando, va a quedar cada vez menos. La libreta una vez usada queda conmigo, llena, inutilizable porque ya la usé pero disfrutable para releer (o no), como objeto, como recuerdo del momento en que la usé, como registro de mi propia letra, como resto material de esta experiencia vivida al escribir. El lápiz, en cambio, a medida que lo uso se consume y desaparece. Si sigo sacándole punta para escribir, en algún momento voy a llegar a la A de A literatura… y después a la l, a la i, voy a llegar a maneira, y supongo que cuando llegue a agradável ya no lo voy a usar más porque va a ser tan corto que me va a costar agarrarlo, pero me imaginé usarlo hasta que se disuelve en el aire. Imposible, siempre queda un restito. ¿Dónde van los lápices chiquititos? Mi abuelo los guardaba, me acuerdo de lápices mínimos, chiquititos, de pocos centímetros, esos lápices que tienen franjas amarillas y negras a lo largo, algunos con franjas rojas y negras y al final un sombrerito negro brillante. Mi abuelo tenía varios así cortitos con la punta bien afilada y los usaba, algunos con punta de los dos lados, quiero decir con punta afilada para escribir en los dos extremos del lápiz. Y mi memoria menguó tanto con los años que dudo de mis recuerdos, todo entra en una nebulosa, ¿realmente era mi abuelo el que tenía esos lapicitos? ¿Y de verdad los usaba? No puedo asegurar nada pero creo que sí. Volvieron todos juntos, ahora, de golpe, el recuerdo de los lapicitos, mi abuelo, su cara y su mirada, la casa de mis abuelos y mi sensación infantil de perplejidad ante el misterio del mundo adulto, todo eso volvió junto por eso supongo que sí eran de mi abuelo esos lapicitos, o de mi abuela, o ambos, pero el que recuerdo que escribía era mi abuelo. Tenía un escritorio (una habitación de la casa, no solo un mueble). Escribía cosas de sus negocios, de sus trabajos, no literatura. Siguiendo con las asociaciones libres, llego al poema de Wislawa en el que felicita a su hermana por solo escribir postales.

Otra vez se engordó la punta del lápiz y así me cuesta más escribir, pero como quiero hacer durar el lápiz, no le quiero sacar punta por tercera vez el mismo día. Por lo menos usarlo hasta llegar a la A, como mucho un centímetro de punta disponible, ¿eso cuántas páginas me dará? ¿Cuántas veces de sentarme a escribir? Quería describir la sensación de este lápiz concreto sobre este papel y me fui por las ramas planteándome cuánto va a durar este placer.

¿Estoy ignorando la vida? No leí el Decamerón pero dicen que trata de unos jóvenes que se cuentan cuentos mientras afuera la peste mata a todos. Si me concentro en el acto mínimo de escribir, en esta libreta con este lápiz, no importa qué escribo pero si lo hago escucho el ruidito, aparecen letras, cambio de página, es como un encantamiento, como meditar tal vez, concentración y liberación, no es que el mundo desaparezca, es que presto atención a otras cosas. Ahora, por ejemplo, tengo hambre.

La Negra me propuso que me dedique algún día concreto al mes, a la semana, para escribir acá y ver qué paso al blog, me dijo que me arme un rito, y que esos ritos son fértiles. Me encantó la idea de “ritos fértiles”. Por ahora estoy tan feliz con este encuentro que no lo quiero interrumpir. Pero podría ser, algo sencillo: libreta, te prometo a más tardar volver a escribirte el próximo fin de semana.

23.8.2020


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